Una puerta a otro mundo- Parte 2.
Brandon se encontraba petrificado, pero May no parecía estar asustada, de hecho su determinación por encontrar la salida era mucho mayor que su miedo, así que tomó la mano de Brandon y dijo ''-Tenemos que encontrar la salida, no quiero quedarme aquí todo el día''- Brandon estaba confundido, -''¿Encontrarla? si está detrás nuestro''- pero eso no era del todo cierto, la puerta estaba justo a sus espaldas, pero ahora no contaba con el extraño marco, siendo idéntica a las demás puertas, estando incluso cerrada con llave. Brandon quiso decirle algo a May, pero ella empezó a correr, literalmente arrastrándolo, esto no favoreció al pobre cerebro de Brandon, ya que el moverse tan rápido y el constante cambio de color de la luces en el techo lo mareaban bastante, hasta el punto de soltar la mano de May para vomitar, pero ella no se detuvo para esperarlo, ella siguó corriendo mientras le gritaba a Brandon para que la siguiera. Pero Brandon no tuvo tiempo para dar ni un solo paso más, cuando el suelo bajo sus pies se desplomó, dejándolo caer por lo que pareció ser una eternidad, hasta que aterrizó en algún lugar, ciertamente no fue algo sólido, porque el impacto fue completamente neutralizado por aquella superficie, aunque eso no significó que el joven no se desmayase por el susto. Al recuperar la conciencia se encontró acostado en una pila de heno carmesí, que a su vez descansaba en una carreta. -''Buenos días, dormilón. Dormiste por unas horas, seguramente pude haberte despertado, pero te veías tan cómodo ahí atrás que te dejé dormir''- dijo la voz de quien aparentemente era el piloto de la carreta, deteniendo el vehículo justo despúes de terminar su oración. Brandon se quitó el heno de encima y se bajó de la carreta, pero al darse la vuelta se encontró de frente con pequeño demonio volador que sonreía de cuerno a cuerno. Brandon gritó de miedo, tomando un tridente que se encontraba sujetado al costado de la carreta, apuntándolo al demonio. Este, de manera muy calmada le dijo al aterrado joven -''Oye, tranquilo, no hay necesidad de empalar a nadie''- -''Entonces aléjate de mi y no me comas''- respondió Brandon, reuniendo la poca valentía que tenía, el pequeñó demonio se rio, -''No te voy a comer, solo quiero ayudarte, escucha, mi nombre es Alex, y te ayudaré a hacer lo que sea que un niñato de 10 años haya venido a hacer al infierno''- dijo el demonio. -''¿Te llamas Alex?''- preguntó Brandon -''Siempre pensé que los demonios tenían nombres raros y aterradores como Xefar el destructor... ¡ESPERA UN MOMENTO! ¿acabas de decir que estamos en el infierno?''- dijo el chico, bastante preocupado -''Pues claro que estamos en el infierno, ¿en dónde más va a estar un demonio?''-
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